Poesía y realidad

TRES POEMAS DESDE EL JARDÍN

 Poesía y realidad

TRES POEMAS DESDE EL JARDÍN

 Poesía y realidad

TRES POEMAS DESDE EL JARDÍN 

De pronto descubriste

que diminutos hilos

sostienen la alegría

del hogar.

 

Nada es más real

que el tinte opaco de la tarde

deslizándose  al Poniente.

 

Un vientecito de otoño

habla de nostalgia

entre pilas de recuerdos.

 

Vas a llorar

y  el llanto será verde

y las lágrimas

cegarán tu jardín.

 

Querrás atrapar los restos de la tarde

esos que se lleva con su parsimonia

un caracol.

Te estremecerás  al pensar en él

tan pequeño

que hasta tu pie podría detenerlo,

pero no a la tarde            que se va.

A.S.M.

Poesía y realidad

 

 "El silencio" de Nicholas Bell

 ¿Qué es el poema en prosa? sino el misterio amalgamando el lenguaje a una visión poética?
Suzanne Bernard dijo que el poema en prosa no se define, existe. 
Tensión extrañamente bella entre poesía y prosa. Descriptivo, narrativo, evocador, el poema en prosa recurre al ritmo del lenguaje, a las anáforas, las repeticiones, a las frases independientes y sin desarrollar definitivamente. El escritor de poemas en prosa nos sumerge en un universo íntimista, profundo y bello, donde se corren los límites de la creación hasta desaparecer...

La escritora argentina María Negroni nos ofrece en este poema en prosa, una estructura narrativa donde la precisión es la del lenguaje... El resto, es misterio en imágenes sugerentes, que parecen salir del blanco de la niebla...

 

   
Poesía y realidad

                                                         ¿No es el lenguaje el que crea infinitas realidades?

Poética para una hoja en otoño

La hoja del árbol se derrama

como pequeña lámina de oro.

Cambia su planicie vibrante

(todo lo que fue)

por una rítmica concavidad / sueña,

mientras cae sostenida

por el dedo índice de un ángel.

La hoja o la pluma de un ave,

no saben

caer de pie.

A.S.M.

                                     

Poesia y realidad

 

 

Titanic

 

Ve desde la altura cómo se inclina el plano

sin embargo mantiene la cabeza erguida.

Con las uñas recupera la memoria de la especie

se aferra al agua.

Lejos de la orilla

su sombra ya no tiene límites.

Campo de huesos fríos,

entrega su brújula al viento.

Y se precipita sin una queja,

enorme girasol de tallo lacerado,

entre cuerdas y remolinos transparentes.

A.S.M.

Libros y autores

 

Armonía Somers. Un seudónimo tan sorprendente como sus textos.

• Su vida de escritora, nacida en Uruguay en 1914 como Armonía Liropeya Etchecopare, corrió paralela a su trabajo docente. Estudió y se comprometió con temas de delincuencia juvenil.

• Representó a su país ante la OEA, la UNESCO y en países de Europa. 

• En 1957 retirada de la tarea educativa, tomó con fuerza la escritura literaria. Murió en Uruguay en 1994.

• Escribió novelas y cuentos
• • Desarrolló literatura fantástica. De características  innovadoras, de perfiles poéticos amalgamados con rasgos macabros, feministas, surrealistas, que contienen elementos oníricos y alegóricos
  
  
  
  
  Novelas
        La mujer desnuda. Montevideo 1950
        De miedo en miedo. Montevideo 1965
        Un retrato para Dickens. Montevideo 1969
        Sólo los elefantes encuentran mandrágora. Buenos Aires 1986
                           
   Cuentos y novelas cortas
        El derrumbamiento. Montevideo, 1953
        La calle del viento Norte y otros cuentos, Editorial Arca, Montevideo, 1963
        Todos los cuentos 1953-1967, Editorial Arc967 (2 tomos)
        Muerte por alacrán, Buenos Aires, 1978
        Tríptico darwiniano, Montevideo, 1982
        Viaje al corazón del día, Montevideo, 1986
        La rebelión de la flor, Linardi y Risso, Montevideo, 1988
        El hacedor de girasoles, Montevideo, 1994.
  
  

        Pronto se cerraría también la estrella para siempre. Fue quizá por eso que le quitaron tiempo para gritar de nuevo: -¡Y todos los demás, aplazados, engañados, perdidos!

        Recordó cierta arenga en una esquina de la existencia, parado sobre una barrica. Alguien le estaba tirando del pantalón (baja, baja, que están cerca), pero él había esperado hasta el último momento, hasta el instante mismo en que lo sujetaron del brazo para llevárselo.

        Entonces, antes de que lo agarraran definitivamente -sentía que le andaban ya por los pies- se dio el auténtico placer infinito de escupir hacia abajo su primera saliva de paraíso, una saliva dulce que no servía para nada.

  Del cuento Saliva del paraíso, que forma parte de "La rebelión de la flor", libro editado por  el cuenco de plata, Bs. As. 2009